lunes, 10 de diciembre de 2012

TRATAMIENTO Y PRONOSTICO


El manejo de la Enfermedad de Alzheimer es complejo y requiere un abordaje multidisciplinar (que involucra a médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, representantes legales, educadores sociales) e individualizado. Además, incluye la actuación de grupos de apoyo, programas educativos y ayuda social institucional. 
Las guías de la American Academy of Neurology (Doody, Stevens, Beck, Dubinsky, Kaye, Gwyther, Itohs, Thal,Whitehouse, Dekosky y Cummings, 2001) enfatizan el papel de las terapias no farmacológicas que pueden neutralizar o minimizar problemas de sueño y comportamiento, disminuyendo así la necesidad de medicamentos. La asistencia domiciliaria por médicos, enfermeros y terapeutas ocupacionales puede mejorar considerablemente las condiciones de cuidado del paciente, su seguridad y la carga del cuidador. 
Con respecto a tratamientos médicos específicos, actualmente se utilizan tres inhibidores de la acetilcolinesterasa(donepezilo, galantamina y rivastigmina) para tratamiento de la EA leve a moderada y un antagonista del receptor NMDA para aplicación en EA moderada a grave. En conjunto, su eficacia es similar y consiste fundamentalmente en mantener algunos aspectos cognitivos en una situación equivalente a 6 – 9 meses menos de progresión que sino estuvieran tratados. También producen cierta mejoría en aspectos funcionales y conductuales. En conjunto, se estima que la utilización adecuada de estos medicamentos puede resultar satisfactoria desde el punto de vista de los análisis coste-beneficio (Loveman, Green, Kirby, Takeda, Picot, Payne y cols., 2006; National Institute for Health and Clinical Excellence, 2006; Takeda, Loveman, Clegg, Kirby, Picot, Payne y cols., 2006; Bullock, 2006). Existe una investigación muy activa sobre nuevos medicamentos para neuroprotección, inhibición de la formación y eliminación de betaamiloide, modulación de las enzimas que intervienen en la hiperfosforilación de tau y tratamientos preventivos de la enfermedad. Sin embargo, ninguna de estas vías ha conseguido todavía situar un fármaco eficaz y aceptado para este uso en la clínica práctica (Jedrziewski, Lee y Trojanowski, 2005; Jelic, Kivipelto y Winblad 2006). 
Una amplia variedad de tratamientos son frecuentemente aplicados a pacientes con EA para control de manifestaciones no cognitivas y complicaciones (por ejemplo, antidepresivos, antipsicóticos).
Como ya se mencionó, la duración de la enfermedad es variable, alrededor de 4-6 años desde el diagnóstico (10).
La expectación de vida se encuentra considerablemente disminuida (40%) (Ganguli, Dodge, Shen, Pandav y DeKosky,2005), constituyendo la EA y otras demencias un fuerte predictor de mortalidad en ancianos, con mayor relevancia que las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la enfermedad de Parkinson (Tschanz, Corcoran, Skoog,Khachatarian, Herrick, Hayden y cols., 2004).

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